El boxeador cubano Erislandy Álvarez, ganador de la medalla de oro olímpica en la división de los 63,5 kilogramos, dedicó el triunfo a su abuela, fallecida hace tres meses, precisamente el día que el deportista se clasificó para París 2024.
“Estoy muy emocionado, porque cumplí con mi abuelita”, dijo en conversación con medios acreditados en la cita deportiva olímpica. “Ella falleció el mismo día 31 de mayo en el que yo clasifiqué para estos Juegos. Es como si hubiera querido regalarme tanta alegría antes de irse. Por eso trabajé fuerte, tenía que quedar bien con ella”, aseguró el boxeador con una voz entrecortada.
Álvarez venció por votación dividida al francés Sofiane Oumiha (3-2), siendo superior no solo de su rival, sino también del público que apoyaba al local. “Yo había entendido que me habían dicho que había perdido el primer asalto, y que el segundo estuvo parejo. Esa es la razón por la que salgo a comérmelo en el tercero, sin dejar de tirar golpes”, dijo en declaraciones citadas por el oficialista diario Granma.
Sobre la efervescencia de los asistentes a la sala Roland Garros en París, confesó que se concentró en su rival y en su esquina. “Gritaban y decía: es conmigo”, exteriorizó, a sabiendas que el apoyo iba para el otro peleador.
Un año de cambios y concentración
En el Campeonato Mundial del pasado año en Taskent, Uzbekistán, el francés, plata de Río de Janeiro 2016 y tres veces campeón mundial (2017, 2021, 2023), había sido superior al cubano en un cerrado pleito. “Él me ganó en el 2023, y estamos en el 2024. En un año pasaron muchas cosas en mí, mucho cambio en mí. Estuve 24/100% enfocado en lo que yo estaba haciendo y siempre soñé con esta revancha… y se la gané en su patio”, apuntó.
Con la medalla dorada de Erislandy y la plata de la luchadora del estilo libre Yusneylis Guzmán, perdedora de la categoría de 50 kg ante la estadounidense Sara Ann Hildebrandt (0-3), Cuba ascendió hasta el lugar 21 del medallero de estos Juegos Olímpicos, con dos oros, una plata y dos bronces.